Práctica y observación, la esencia de aprender a enseñar ELE 

Práctica y observación, la esencia de aprender a enseñar ELE 

Año nuevo, vida nueva. “En el 2022 voy a darle un giro de 180 grados a mi vida profesional y voy a iniciar mi camino como profesor o profesora de español para extranjeros”. ¿Te ronda esta idea en la cabeza últimamente? ¿Y al mismo tiempo de que estás súper convencido/a, te entra la duda de, en realidad, no saber bien bien en qué consiste este trabajo? 

Normal. Por eso una parte fundamental de los cursos de formación de profesores ELE es la práctica y la observación. “Mirando se aprende” es un principio pedagógico que puede sonar muy obvio pero lo cierto es que no ocupa el lugar que merece en numerosos programas académicos. Nos encontramos, pues, muchas veces con cursos centrados en la teoría y muy lejos de lo experiencial. ¿Cómo saber lo que hace un/a profesor/a de español en el aula? Observándolo/a actuar. ¿Y cómo aprender lo que funciona mejor y peor con el alumnado? Reflexionando acerca de lo que hemos visto y transformando esas reflexiones en un feedback que nos ayude a tomar conciencia de los aciertos y los errores, estos últimos corregirlos y así, poco a poco, progresar. 

Partimos, entonces, de la idea de que la observación del quehacer de un docente ELE o de otros estudiantes del curso de profesores de español es un paso fundamental si queremos adentrarnos en esta profesión. Muy bien. ¿Pero sabemos qué es a lo que, exactamente, tenemos que prestarle atención? Lo más probable es que, a priori, no mucho, por lo que este es otro punto importante con el que nos toparemos al empezar nuestra formación. Aprender a observar y, por supuesto, a ser observado/a. 

Qué observar, cómo y para qué

Ya desde el primer día, “saldremos a la cancha”, presentaremos una pequeña actividad lúdica a un grupo de alumnos de español mientras nuestros compañeros y compañeras nos observan para luego darnos un feedback, al igual que nosotros lo haremos con ellos y ellas. Ya desde el primer día el aprendizaje es intenso. ¡Descubres tanto de ti mismo/a, del grupo, de la profesión! Veinte minutos de observación (que es lo que, habitualmente, dura la “mini clase” que hay que dar en esa sesión inicial) equivalen a 5 horas de teoría, lo aseguro. Cómo se mueve la o el profe, qué lenguaje utiliza, en qué lugar del aula se posiciona, a qué velocidad habla, ¿escucha a los estudiantes? ¿los mira a la cara? ¿los llama por su nombre?... Es increíble cuánta información se presenta ante nosotros con tan solo mirar atentamente el trabajo de una compañera o un compañero durante 20 minutos. 

A modo de guía, el tutor o la tutora del curso de profesores de español nos dará una ficha de observación entre aprendices con las tareas en las que nos tendremos que focalizar cada semana para, así, de forma progresiva, ir abarcando cada vez más aspectos e ir haciendo una observación más completa del trabajo de un/a docente ELE. En la primera semana, como hemos dicho, lo esencial será el contacto visual/auditivo, el Ilamar por su nombre al alumnado, el controlar el tono de la voz, la velocidad, la adecuación del lenguaje al nivel del grupo y la cantidad de tiempo en que el o la profe se convierte en centro de la clase. Luego, semana tras semana, nuevos focos de observación se irán añadiendo como, por ejemplo, el uso de la pizarra, el lenguaje corporal, la claridad en las instrucciones, el empleo de diferentes dinámicas de clase (tareas individuales, en parejas, en grupo, etc), la planificación o la corrección de los errores. 

Observar es también comunicar y escuchar 

El desarrollo de la capacidad de observación nos facilita la adquisición de muchas otras competencias. Cuando nos fijamos en el uso que otro/a hace de la pizarra, estamos aprendiendo a usarla nosotros mismos; cuando atendemos al tono de la voz de otro/a profesor/a, automáticamente (y quizás de forma inconsciente) estamos regulando el nuestro. 

Pero además del propio crecimiento personal y profesional, lo mágico de una labor diaria de observación es que el aprendizaje siempre es mutuo, es colectivo. Cuanto más detallada y comprometida es la observación que hacemos de los otros, más herramientas les brindamos para mejorar y de esa evolución aprendemos también nosotros. Es un trabajo en equipo muy bonito, que crea fuertes lazos entre los aprendices a profesores ELE y que nos conecta, al mismo tiempo, con el lado cooperativo- imprescindible- de esta profesión.

Flor Ragucci

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